Codificando el arte: del taller al laboratorio

630 315 La Perimetral

Hace ya bastantes años que el código informático ha entrado en el campo del arte, podríamos atrevernos a decir que desde siempre. Los artistas están evolucionando al mismo tiempo que la tecnología avanza. Ya no es sólo territorio para aplicaciones informáticas privativas, el código abierto ha entrado con fuerza y ​​para quedarse en las manos de los creadores. El software de código abierto, lo que significa que el código fuente del software está disponible para todo el mundo para utilizarlo, mejorarlo o alterarlo, permite al artista trabajar multidisciplinariamente con otros profesionales y modificar el software de forma que responda a su idea. Así, desde esta perspectiva podemos ver que el código de una pieza interactiva se entrelaza con la propia pieza y refleja también características del artista.

Esto ha ayudado a difuminar los límites entre las diferentes disciplinas. Sobre todo si hablamos de instalaciones, de interacción, de investigación en audiovisuales o de nuevas tendencias. Cada vez es más normal que artistas, creativos, perfiles más técnicos y de las industrias basadas en la ciencia utilicen código informático para la realización de piezas creativas, inmersivas o participativas.

Esta forma de acercar el arte no sólo cambia el modo de producción sino que además genera nuevos roles en el público, de pasivo a participante o incluso voyeur de las piezas visuales, de las técnicas, las fuentes inspiradoras y los modos de producción.

A pesar de la necesidad de un espacio físico para crear arte, el espacio de trabajo de los artistas está cambiando con el código: desde un estudio, lleno de trastos, pinceles y libros, a un espacio ubicuo de usos múltiples para experimentar y colaborar. Un nuevo espacio de producción, para probar y experimentar. La multifuncionalidad de estos espacios implica una orientación hacia la interacción. La colaboración e intercambio de información que tienen lugar dentro y fuera de estos espacios de trabajo se convierte en un nuevo método de producción. El giro abiertamente a la colaboración en las artes apunta a la convergencia de los límites y la introducción de nuevas herramientas que acompañan a los procesos artísticos.

Además de código, se utilizan equipos como impresoras 3D, cortadoras láser, plotters … herramientas vinculadas a trabajos colaborativos que introducen el aspecto de compartir conocimiento abriendo las fronteras de la creación artística de una experiencia individual a una experiencia colectiva.

Compartir información no es sólo abrir códigos, sino también enseñar. Formar creadores pero también formar públicos, por eso la Mostra Sonora i Visual y en concreto la convocatoria de Instalaciones interactivas ofrece un espacio formativo y multidisciplinar de calidad en el ámbito sonoro y audiovisual. Una apuesta en un conocimiento libre y compartido, en el Convent de San Agustín trabajamos con cariño el software de código abierto como por ejemplo: Reaper, WordPress, Blender, Arduino, Raspberry Pi, impresión 3D.

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