No sé qué es lo que me produce más tristeza, si dejar de saber que cada año en primavera el Festival Zemos98 se produce en Sevilla o el acto honesto de tomar la decisión de no seguir por parte de Zemos98.
Lo global me afecta más. Es un mal momento para la cultura. Dejando de lado la crisis económica que está afectando al sector, creo que los argumentos por lo cuales se deja de hacer este festival nos deben hacer reflexionar.
Voy a intentar entender la realidad ya que para mi el Festival Zemos98 era una neurona de la cultura de este país, y si nos quedamos sin ella sufriremos.
Errores infalibles
Neil Gaiman pronunció un discurso en 2012 dónde ponía en valor la capacidad de equivocarnos, de errar. Este discurso se tituló “Haced buen arte”.
Se habla mucho en el sector cultural y concretamente en los proyectos culturales de la dependencia que tenemos de la administración en el tema econónomico, subvenciones, apoyos… Esto no se planteaba en los años de “bonanza económica”. Con la llegada de la crisis cuando se acabó todo, parece que sólo queda dinero para aquello dentro de lo cultural que genera más dinero, más visibilidad.
La reflexión pasa por entender ¿porqué no sabemos hacer nuestros proyectos sostenibles sin depender de las administraciones?, quizá sería más fácil que las administraciones entendieran que los proyectos que nacen desde la base son importantes y que es posible trabajar para que otras políticas culturales públicas sean posibles.
El viaje de los Zemos98
Un viaje singular. Un proceso de desaprender, de juntar nuevas experiencias y nuevos conocimientos, de “linkar” personas, de proponer, de equivocarse y de acertar.
Las normas y reglas de las políticas culturales nos encorsetan un terreno de juego que no siempre es apto para todas las propuestas. Hay que saber adaptarlas a tus intereses aceptando los efectos colaterales que esto significa.
Pero estas normas han sido dictadas por individuos e instituciones que estan alejadas de la realidad, y establecen los límites de lo posible. Hay personas que buscan más allá, buscan lo imposible. Esto es lo que han hecho los Zemos98 a lo largo de su viaje, intentar lo imposible. Situar la innovación y el conocimiento al alcance de todos.
Fracaso
No hay que leer la decisión de poner fin al festival como un fracaso. En mi corta relación con los Zemos98 los aprendizajes que he hecho de ellos son muchos, pero el más importante es la fortaleza ante la adversidad que significa ser innovador en una sociedad que mira hacia otro lado cuando se hacen cosas diferentes. Y también he aprendido de ellos a amar las cosas pequeñas, los procesos, la delicadeza y el mimo en todas las cosas que hago.
Si cometemos errores quiere decir que estamos haciendo cosas. La vida es complicada, las cosas se tuercen, de golpe todo se pone cuesta arriba, la única solución es seguir haciendo, seguir construyendo cultura.
Disfrutad
Por lo tanto, la decisión de dejar de hacer el festival es buena, es genial. Los Zemos98 deben disfrutarlo. La suerte los seguirá acompañando porque seguirán haciendo cosas, construyendo nuevas neuronas para nuestra cultura, para que nuestras sinapsis sigan funcionando activamente.
Infringid las reglas. Nos estáis dejando un mundo mucho más interesante. Haced buena cultura.
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